Hace poco, a veces entraba en Internet para desconectar del mundo, ahora entro en el mundo de vez en cuando para desconectar de Internet.

No es que haga lo que todo el mundo hace en la red: comprar, ir al banco, hacer amigos o hacer la declaración de la renta; es que además me enfada cuando no puedo hacer tareas cotidianas a través de Internet, como pedir una cita con mi médico, por que me quedo bloqueada sin saber como hacerlo si no es online y pienso: ‘ahora tendré que buscarme la vida ahí fuera…’.

Mi nick me ha hecho ya casi olvidar el nombre con el que me bautizaron mis padres; ni siquiera preguntes de donde lo saqué, ni me acuerdo. Me reinventé en la red cuando sólo quería reafírmame. Trabajo cada dia con compañeros de trabajo virtuales a los que ni siquiera he llegado a ver o a escuchar jamás. Si un día me suplantaran por otra persona, ni notarían el cambio. De hecho, creo que si dejara a cualquier otra persona mis claves podría desaparecer y ser suplantada por ella, sin que nadie lo notase; sería un buen experimento, ¿verdad?

Realmente no me preocupa vivir de la red, sino sobrevivir en ella. Necesito sobrevivir trabajando, aprendiendo, divirtiéndome y amando a través de Internet, sin perder mi identidad, y siendo diferente, original, creativa. Estas son mis historias de Internet, trabajando o viviendo (no suelen ser muy compatibles ambas acciones) en esta otra dimensión de la realidad y aquellas otras que ocurren cuando me asomo al mundo.

Click on my life...

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