Una linda casita de playa de los años treinta en la costa de Copenhague enamoró desde el primer minuto a la joven pareja que la adquirió. La casa con tan sólo 56m2 fue ampliada, convirtiendo una pequeña terraza en lo que ahora es la cocina. Pese a su pequeño tamaño, es sin duda un estupendo retiro para descansar los fines de semana y vacaciones.

El interior de la casa es casi totalmente blanco, tan sólo salpicado por unas chispas de color rojo en algunas sillas, puertas y otros detalles. Los muebles heredados y objetos recuperados completan la decoración para dar a la casa un encantador aire vintage.

A pretty 30s beach cottage, closed to the coast in Copenhague, blew away their current owners since the first time they saw it. This tinny house has only 52m2 and that is after the renovations to convert a little balcony in the current kitchen. In spite of its small size, no doubt this house is the perfect holiday and weekend home.

The interior decoration is almost totally white, with just a few red splashes in chairs and doors. The family furniture and old nostalgic object fill the space to create a charming vintage style cottage.







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